viernes, 20 de enero de 2012

Santa María de Aguiar

Hoy os vamos a contar un poco de nuestra última excursión por tierras lusas, en la que visitamos las localidades de Almeida, el monte de la Marofa, Castelo Rodrigo, y el Convento de Santa Maria de Aguiar. 
Nos centraremos en este último, ya que fue una grata sorpresa en este recorrido que hoy os proponemos y que mas adelante iremos desvelando al detalle.
Lo primero de todo es inidcaros su situación geográfica ya que, aunque se trata de una obra arquitectonica de gran importancia histórica, se encuentra un poco escondida y fuera de todo itinerario turístico.
El convento se  situa en la aldeia historica de Castelo Rodrigo, perteneciente al concelho de Figueira de Castelo Rodrigo,  en el distrito de Guarda. Para llegar a él bastará con preguntar en Castelo Rodrigo, a cualquier lugareño ya que son personas agradables a las que les encanta entablar conversación con sus visitantes. De todas formas el convento se divisa desde la localidad solo con mirar al este.
Un poco de la historia y la época para situaros: El convento fue contruido por la orden de los Benedictinos en el siglo XII , cambiando de manos muy pronto, pasando a la orden del Cister y siendo uno de los pocos ejemplos de  templos religiosos de esta orden en este cuadrante peninsular.
El  conjunto se compone de una iglesia, las dependencias monacales, hoy en dia dedicadas en parte a complejo de turismo rural y el resto esta pendiente de arruinarse completamente. Del claustro poco o nada queda, pero es de suponer que seguiria el estilo robusto que caracteriza al conjunto.
El estilo es gótico, pero con la regla de sobriedad que caracteriza a la orden Cisterciense, "recordando" un poco al magnifico monasterio de Alcobaça con el que tuvo una estrecha relación.
La construcción semicerrada de todo el conjunto le dió resitencia, una cualidad muy necesaria ya que en la zona en la que se ubica eran frecuentes las luchas generadas por las disputas del territorio de Riba Coa entre el Reino de León y el recien nacido Reino de Portugal. A partir de la Edad Media el convento entra en una decadencia que terminará con su completo abandono coincidiendo con la Guerra de la Independencia.

Al llegar  ya nos estaba  observando un amigable señor, que resultó ser un guía local muy simpático,  que  nos  explicó muy detallamente la iglesia y nos contó algunas de sus experiencias en el lugar cuando el todavía era un niño. Desde aqui le mandamos un saludo, si algún dia lee esto.
Tuvimos el honor de ser los primeros visitantes del año 2012 y así quedó registrado en el libro de visitas.
El lugar, nada mas llegar, sorprende por su arquitectura sencilla pero de una factura impecable, y pensamos que si estuviese en una ruta turística importante, nuestro querido guía no se aburría tanto, pues el lugar merece ser mucho mas conocido y visitado.  El interior es igualmente sencillo, al gusto de la orden del cister. Destaca en su interior el retablo del  siglo XVII, que según nos explico el guía estuvo bastante tiempo en Oporto y que hace algunos años regresó a su sitio original.  Uno de los huespedes mas ilustres de la iglesia es Fray Bernardo Brito, cronista del monasterio de Alcobaça, historiador y hombre influyente en la monarquía portuguesa, que fue enterrado aquí en el siglo XVII.  Al parecer  el techo de la iglesia, hoy perfectamente restaurado en madera, un dia fué de piedra, pero por falta de acuerdo presupuestario en las recientes obras de restauración al final se restauró de la manera que hoy  podemos verlo
Como anecdota el guía nos contó que él recuerda de su niñez oir misa el día de la romeria a cielo descubierto, y estar todo calado los dias que llovía. A destacar también es su sacristía, aneja a la iglesia, en la que se recojen algunas esculturas, libros del coro, muebles y demás piezas de interés que algún día estuvieron en distintos lugares del conjunto.

La visita cuesta solo 1 € que sirve apenas para que el hombre lo mantenga abierto y limpio, nosotros lo pagamos gustosos ya que la labor de ese señor allí solo, aburrido,  y el entusiasmo que puso en su explicación nos pareció digno de admiración, muchos en su situación no aguantarían allí por ese sueldo.

Os animamos a que visiteís este lugar, charleis un rato con este animado guía, y continuéis la ruta que nos falta por detallaros hacia, Castelo Rodrigo, La Marofa y Almeida, ¡¡Ah!! y no puede faltar un cabrito asado o un bacalhau grelhado con un poco de vino de la zona, manjares que podéis degustar en algún restaurante local, a precios populares.
Un saludo.

 Os dejamos algunas fotos  AQUI