viernes, 1 de abril de 2011

CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA

Hoy proponemos de nuevo, un agradable paseo de senderismo que combina naturaleza y un poco de historia.
Dirigiremos nuestros pasos a la provincia de Salamanca, concretamente a la preciosa Sierra de Francia, enmarcada dentro de la figura protectora del Parque Natural Batuecas-Sierra de Francia.
Una vez alli nos acercaremos a la histórica villa de San Martín del Castañar para dar comienzo a nuestra ruta, tomando como punto de partida la plaza de la villa, y saliendo por la calle Larga, hasta llegar a un puente sobre un arroyo. Dicho puente es conocido en la localidad, tradicionalmente, como "romano", aunque lo mas probable, es que sea de tiempos medievales. El puente junto al arroyo y la Iglesia de San Sebastian forman un bello rincón. 
Seguimos de frente, pasando la iglesia, y nos fijamos en una interesante estela romana situada al lado derecho del camino.
En seguida llegamos a la pequeña pero interesante Ermita del Humilladero, construida en el S. XVI. Hay que detenerse a observar su magnifica reja, y su artesonado de madera que , aunque en un lamentable estado de conservación, todavía revela el explendor que tuvo en otros tiempos. 
Seguimos por un camino asfaltado, a la izquierda de la ermita, llamado "Camino de la Legoriza", pero no lo haremos completo, sino que lo dejaremos  al toparnos con la carretera que une San Martín con El Casarito.
Justo al cruzar al otro lado de la via, encontramos una pista de tierra que sin ninguna dificultad nos lleva hasta las bellas ruinas del  Convento de Nuestra Señora de Gracia. 
Se trata de un convento construido en el siglo XV por orden de Don Sancho de Castilla, y perteneció a la orden franciscana. Actualmente en ruinas, ha sufrido un incesante expolio, lo que no impide ver el explendor que tuvo siglos atrás.
Se vincula su construcción a las revelaciones de la profetisa Juana, de la vecina localidad de Sequeros. 
Tuvo una importante huerta de la cual todavía quedan algunos vestigios  que podemos observar en los alrrededores. 
Del resto del convento tenemos que destacar la fachada principal, algunas de la pinturas que aun quedan en las parecedes del interior, y una bien conservada arquería, que da al exterior. La decadencia del convento la marcaron las desamortizaciones del siglo XIX, y hasta los años veinte del siglo pasado fue utilizado por los dominicos como casa de verano, para finalmente pasar a manos privadas, cosa que debemos de tener muy en cuenta a la hora de visitarlo, ya que debemos  hacerlo con el máximo respeto. 
Solo nos queda animaros a que esta primavera, lo visiteis.
Sabemos que no os va ha defraudar la ruta que os proponemos. 
Un saludo. 

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